Masaya Nakamura, el hombre que sostuvo a la industria del videojuego
Una de las personalidades que explican el porqué del poderío japonés en la industria japonesa, Masaya Nakamura fue el fundador de la compañía NAMCO y anteriormente del nombre que la precedió, Nakamura Amusement Machine Manufacturing Company, en 1955. Murió el 22 de enero a los 91 años de edad, eso sí, su figura sigue bien presente en los desarrollos de su compañía, pues bajo su tutela se crearon auténticos iconos del medio.
Nakamura murió el pasado 22 de enero a los 91 años de edad
Tras pasar años produciendo pequeñas atracciones como cochecitos o trenes mecánicos para grandes almacenes, Nakamura detectó una oportunidad en un mercado que, en esos momentos, vivía una gran expansión: los videojuegos. Gracias a su visión de los negocios, determinó que los videojuegos eran una industria floreciente en la que poder participar. NAMCO creó F-1 (1976), un juego electromecánico, el primer título de la compañía, pero el empuje definitivo vino de un fracaso occidente. Nakamura apostó por hacerse con la fallida división japonesa de Atari, pagando medio millón de dólares a Nolan Bushnell (y sobrepasando en su oferta a SEGA por apenas 80.000). De esta manera se hizo con el catálogo de Atari y con la distribución de sus videojuegos durante una década, ayudando de esa manera a las producciones propias.
Namco en los 80, creando éxito tras éxito
NAMCO empezaría así a realizar sus propios videojuegos y bajo su batuta, realizando las contrataciones oportunas, nacieron en apenas tres años parte de los iconos más reconocibles de toda la historia de la industria: Galaxian (1979), Pac-Man (1980), Rally-X (1980), Galaga (1981), Dig Dug (1982) y Pole Position (1982).
Para comprender la importancia de NAMCO en el mundo del videojuego es necesario comprobar como sus primeros éxitos, algunos de ellos éxitos descomunales y que ya forman parte de la cultura pop como Pac-Man y Pole Position, adelantaron en varios años a hitos como Super Mario Bros (1985), Ghost’n Goblins (1985) o Arkanoid (1986). NAMCO recogió el testigo de Taito (Sapce Invaders) como productora de éxitos continuos y se puede decir que ella sola consiguió mantener a una industria tras el crack de los años 82 y 83, facilitando los desarrollos orientales, convirtiendo a Japón en la nueva meca del videojuego.
Los ochenta fueron años en los que cada desarrollo era una novedad y en ellos existía constantes muestras de mejora, en pocos años aparecieron nuevos géneros: Double Dragon (1987); el perfeccionamiento de otros: Out Run (1986) o verdaderas obras maestras: Tetris (1984). Por supuesto Nakamura no fue el único representante de la new wave del desarrollo japonés, pero sí formó parte de un hervidero de creatividad y libertad que permitió que Japón se mantuviera como el epicentro de la industria de los videojuegos durante tres décadas.
Los primeros 90: Ridge Racer, Time Crisis y Tekken
Eso sí, Nakamura representa el inicio de NAMCO y su éxito como editora, programadora y distribuidora, pero también es pieza importante en la apuesta por las recreativas de los primeros años noventa, en el nuevo boom del juego arcade. Con él como CEO Namco produjo nuevos éxitos globales como Air Combat (1992), Ridge Racer (1993), Point Blank (1994), Time Crisis (1995) o Tekken (1995). Finalmente se retiró como dirigente de la compañía en 2002, viendo desde un puesto más testimonial cómo NAMCO entraba en una nueva era en 2005, tras la fusión con Bandai y dando lugar a la actual Bandai-Namco. Retirado, ha podido disfrutar de una nueva era para su compañía desde un prisma más alejado, retirado y sabiendo que ayudó a crear una parte importante de la industria videolúdica más importante del mundo.
Descanse en paz.